Siendo arquitecto, ¿cómo conseguir que su transición ecológica sea un éxito?
El sector de la construcción y la edificación es una de las piedras angulares de la transición ecológica. Desde la construcción hasta la renovación, el medio ambiente está en el centro de las preocupaciones políticas y sociales. En Francia, la construcción de nuevos edificios se rige por una normativa medioambiental, la RE 2020, y existen ayudas para que los particulares puedan financiar la renovación energética de sus viviendas. Por eso, desde 2019, el Colegio de Arquitectos de Francia ha hecho de la transición ecológica el tema principal de sus misiones de comunicación y sensibilización. ¿Cómo podemos conseguir construir ciudades sostenibles e inclusivas? En este proceso, las autoridades locales y los arquitectos deben trabajar juntos. Aquí encuentra 5 maneras para que esta transición sea un éxito.
Balance de la situación
Para cualquier proyecto de ordenación del territorio, es aconsejable empezar por hacer un balance de la situación existente. De ello se encargan los profesionales del urbanismo y la arquitectura. Estudian el territorio y su evolución y encuestan a la población para analizar sus expectativas y hábitos.
El objetivo es cartografiar el territorio identificando varios puntos:
- La evolución del territorio urbanizado y los vínculos entre el centro de la ciudad y la periferia
- El estado del parque de viviendas para identificar los cambios que hay que hacer para adaptarlo a todas las generaciones y permitir la diversidad social
- El potencial para compartir infraestructuras con ciudades afines
- Hábitos de viaje y desarrollo de la movilidad blanda
- Especificidades del patrimonio arquitectónico, natural y paisajístico
- El estado de la biodiversidad
- Excesos de energía y fuentes de contaminación
- La lista de ayudas disponibles
Método del proyecto
Una vez establecido el balance de la situación, hay que estructurar el proyecto estableciendo una metodología. En consulta con los ciudadanos, la autoridad contratante dará prioridad a los temas en función de la situación actual.
La buena gestión del proyecto de construcción hace parte de eso. Los profesionales del diseño participarán en la estructuración del proyecto, pero es aconsejable implicar previamente a los operadores que puedan participar en el proyecto. La hoja de ruta y las fases del proyecto son validadas por los diseñadores, arquitectos, paisajistas y urbanistas.
La autoridad contratante debe ser iterativa y suficientemente flexible como para adaptarse a circunstancias imprevistas y ajustarse a la evolución del proyecto, a las reacciones que suscita y a las posibles oportunidades.
Si el proyecto lo permite, los experimentos temporales permitirán validar o no las direcciones tomadas.
Transición ecológica para reparar la ciudad
Uno de los retos de la arquitectura en los años 2020 es transformar la ciudad existente para revitalizarla y hacerla más sostenible, en particular replanteando la relación entre los espacios urbanos y los naturales. Para que la transición ecológica sea un éxito, no debe ser pensada en compartimentos, sino que debe considerarse el proyecto de forma global buscando multiplicar los efectos de palanca, las economías de escala y las complementariedades. Romper con los estereotipos permite encontrar soluciones que favorezcan la mezcla funcional y la mutualización de la construcción y el desarrollo, rompiendo con la lógica de la zonificación urbana.
Desarrollar nuevos proyectos sin ampliar las ciudades, renovando y rehabilitando terrenos baldíos y edificios abandonados utilizando parcelas de construcción, recuperar las zonas periféricas de actividad comercial para vincularlas al centro de la ciudad y lograr un uso mixto del entorno, frenar la construcción de centros comerciales fuera de las ciudades e imaginar espacios públicos que creen convivencia e intercambios son las vías que hay que explorar para diseñar las ciudades de mañana. También se trata de proteger la biodiversidad y los paisajes, detener la artificialización del suelo y desarrollar la agricultura urbana.
Renovación energética de edificios
Las fugas de calor pueden encontrarse tanto en el parque de viviendas residenciales como en el de edificios de las autoridades locales. Así, la renovación de los edificios permite reducir la huella de carbono.
El objetivo es mejorar el rendimiento energético de los edificios e incluso buscar la autonomía energética fomentando la producción de energías renovables. Esta renovación debe pensarse en previsión del cambio climático, situando la salud y el bienestar de los habitantes en el centro de sus consideraciones medioambientales.
Economía circular, cadenas de suministro cortas y reciclaje de materiales
El diseño ecológico de los edificios requiere la activación de una red de empresas locales que puedan promover la artesanía y los conocimientos técnicos locales. Este es el objetivo de la RE 2020, que tiene en cuenta no sólo el rendimiento energético de un edificio, sino también el ciclo de vida de los materiales utilizados. Entre los pilares de la economía circular tenemos la compra sostenible, el consumo responsable, la eco-concepción, la prolongación de la vida útil, la ecología industrial y territorial, el reciclaje y la economía de la funcionalidad.
Los edificios deben estar diseñados para ser energéticamente eficientes, adaptables, resistentes, fáciles de mantener y fáciles de demoler. También hay que intentar reutilizar al máximo los residuos de las demoliciones y utilizar materiales locales de origen biológico y limitar su transporte.
La transición ecológica de la arquitectura exige volver a situar a las personas en el centro de los proyectos y debe ser pensada conjuntamente por los arquitectos y los cargos electos locales.