España: Mestizaje Arquitectónico
España es un país cosmopolita, abierto al mundo. Y es que, ni más ni menos, es el tercer país en el mundo que cuenta con más patrimonios culturales. A lo largo de los siglos, diversos pueblos y reinos pasaron por la Península Ibérica dejando marca y expresando su arte a través de la arquitectura. Hoy en día este país continúa ampliando e innovando su legado arquitectónico, por lo que es considerado centro de innovación y excelencia en diseños a nivel internacional.
Empecemos por volver atrás en el tiempo y recorrer el espacio. Porque sí, aunque parezca increíble, todavía se conservan las herencias de cada estilo arquitectónico por más remoto que sea.
Seguramente has escuchado hablar de la romanización que tuvo lugar en el 218 a. C. A la Hispania romana le debemos el desarrollo urbanístico, que transformó ciudades, construyó acueductos y carreteras y edificó obras de arquitectura religiosa y lúdica como los teatros o los templos. Una obra arqueológica que da fe de la arquitectura romana en todo su esplendor es el Templo Romano de Córdoba.
La arquitectura prerrománica, también pisó tierras españolas. Caracterizada por su arte cristiano, esta arquitectura fue representada en diferentes siglos y por varias culturas como los visigodos, las tribus astures y los mozárabes. Más adelante con la conquista musulmana llegó la muy conocida arquitectura Al-Ándalus, en la cual se manifestaron nuevas técnicas de construcción, ornamentación y estructuración. Asimismo, se exageraron los elementos califales, se combinaron los espacios y se modificaron los materiales. Entre los aportes arquitectónicos que trajo la cultura árabe a España, resaltan los detalles decorativos, el aprovechamiento de la luz natural y la introducción de elementos naturales como el agua. La influencia hispanoárabe es una de las más marcadas y seguirá presente incluso en territorio cristiano, de ahí la arquitectura Mudéjar, la cual fue fruto de la mezcla de culturas como la musulmana, la judía y la cristiana.
Entre las magnificencias de esta arquitectura, cabe mencionar La Alhambra, declarada Patrimonio de la Humanidad. Y es que ¿cómo resistirse a visitarla? Y por supuesto la Mezquita de Córdoba, un icono de la época.
La arquitectura románica, gótica, del Renacimiento y la barroca llegaron igualmente a España, gracias a la progresiva comunicación con el resto de Europa, teniendo principalmente influencias de Italia y Francia. Pese a ser estilos desarrollados en toda Europa, los diferentes periodos de arte adquirieron elementos muy peculiares en España. Un ejemplo es la arquitectura barroca, la cual se diferenció del resto por mantener un estilo más excesivo, enfocándose más en la estética que en la funcionalidad. Este estilo de arquitectura fue promovido especialmente por la familia catalana de arquitectos Churriguera, de ahí nace el término barroco churrigueresco.
A la meca del flamenco también entraron otros estilos como el eclecticismo, el historicismo y la arquitectura neoclásica. Sin embargo, no todos tuvieron mucho éxito, al menos no tanto como la arquitectura modernista. Y es que ¿quién no ha oído hablar de Antoni Gaudí? ¿o de su obra más célebre “La Sagrada Familia”? Gaudí fue el precursor del modernismo catalán, caracterizado por reunir en sus obras la naturaleza, lo tradicional, el progreso y los contrastes. La arquitectura modernista se vio reprimida por la Guerra Civil Española. Tras la muerte de Franco, varios arquitectos reintegraron el Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATEPAC) que se había creado en los años treinta, con el fin de darle vida nuevamente al estilo moderno.
A mitad del siglo XX, comienza el auge de la arquitectura española que se ha mantenido hasta ahora, con construcciones osadas e innovadoras, como el Auditorio de Tenerife.
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