Las Mini Casas

Seguramente ya viste o escuchaste mencionar sobre las mini casas, tal vez ya te dijeron que es uno de esos movimientos hippies, o quizá te causó curiosidad y ternura viéndolas más bien como un adorno o un cuarto en el patio de tu casa. Pero en este caso vale aplicar el dicho: las apariencias engañan. 

 El movimiento de las Mini Casas o Tiny Houses surge en Estados Unidos, a causa de la crisis de las hipotecas subprime que vino con la crisis financiera entre el 2008 y el 2015. Pero ¿qué tiene que ver ello con las mini Casas? En su momento, muchas personas se quedaron sin hogar y optaron por buscar casas remolque o espacios más pequeños en los cuales habitar durante este periodo, ya que el coste se reducía notablemente. En un principio fue considerada como una solución perfecta para las viviendas de emergencia, pero poco a poco, se fue desarrollando un movimiento con una visión mucho más profunda del concepto. 

En un mundo donde el materialismo y el trabajo excesivo no descansan, el número de personas en busca de bienestar aumenta a la par. Si le sumamos la crisis ambiental, se unen también aquellos que quieren volver a una vida en armonía con el medio ambiente, y que han tomado conciencia de que es necesario reducir el impacto ambiental, no solo a gran escala como las fábricas y transportes sino también en la vida diaria. 

Esta necesidad de volver a lo simple influyó en muchos sectores, y así los arquitectos no tardaron en aceptar el reto, crear viviendas con una superficie entre los 25 m2 y los 65m2, con un máximo aprovechamiento de los espacios. Algunos pensarán que cualquiera puede realizar casas de tan pequeñas dimensiones, pero detrás de estos pequeños hogares se requiere una mini arquitectura con grandes trabajos y enormes beneficios. 

La arquitectura de las mini casas se ha enfocado en realizar diseños ecológicos, mezclando diversas técnicas y tecnologías de todo el mundo, para llevar a cabo viviendas que necesiten menos energía eléctrica y se sirvan sobre todo de la energía solar. Y es que en estas casas todo es ecológico, la pintura, las paredes, el suelo, y los techos con paneles de aluminio.  

Sin embargo, las mini casas no solamente son ideales para las personas que quieren contribuir con el medio ambiente, en realidad, es una opción bastante rentable y fácil, ya que no entran en las reglas de permisos municipales, librándonos de tanto papeleo. Tienen además un coste más asequible que va desde los veintidós mil hasta los cuarenta mil euros. Muchas personas han sido atraídas por este concepto al tener la posibilidad de conseguir vivienda propia sin necesidad de acudir a los créditos con intereses altísimos, y de una vida entera de trabajo para pagarla.  Pero el ahorro en gastos no para allí, porque los costes también bajan en el mantenimiento, en la reparación, en los impuestos, en la calefacción, en la electricidad y en el agua que se reduce su gasto en un 70%. Por último, también se requiere menos tiempo para su concepción, en ocho semanas la casa está lista. 

 Ahora bien, la arquitectura que se hace no es únicamente pensada en el aspecto de la utilidad, también hay un gran trabajo de diseño.  Dicen que las cosas se parecen a sus dueños y es precisamente lo que los arquitectos han querido hacer con estas casitas, personalizarlas, de ahí que tengan tan diversas formas como un iglú o un barco. Los domicilios son característicos de cada persona, con una marca y diseño único.

Para quienes no se les da eso de establecerse en un lugar definido, siendo nómadas y aventureros de corazón, también es una solución viable puesto que estas pequeñas residencias son casas móviles, y pueden ser desplazadas a donde quieras, y lo mejor, no se necesita un permiso especial para ir en carretera. Así que si prefieres la playa puedes ver el amanecer mientras tomas tu primer café del día, o si te viene mejor un lugar montañoso también puedes mover tu casa allí. 

La arquitectura de las mini casas no se limita a un diseño inspirado del minimalismo, es un nuevo estilo de vida más simple, pero con muchísimos beneficios, como dijo el arquitecto Mies Van der Rohe ¡Menos es más!

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